Cuando hablamos de institucionalización en el ámbito de la tercera edad, se entiende como un proceso mediante el cual la persona, a raíz de determinadas patologías que pueden convertirse en altamente incapacitantes (como pueden ser enfermedades neurodegenerativas o íctus), se ve obligada a internar en servicios de tipo residencial.
Generalmente éste proceso es largo, durante el cual se pasa por diferentes etapas. Al comienzo quizá no se le da mayor importancia a “pequeños olvidos”, “no se organiza bien en casa”, “ya no está tan animada”, pero aún a día de hoy lo asociamos a algo normal cuando una persona envejece.
Por ello, es vital saber que envejecimiento no tiene porqué ser sinónimo de decaimiento, sobre todo a nivel psicoemocional.
Cuando comenzamos a ver problemas más serios a nivel cognitivo o funcional (como fallos más acusados de memoria o atención, empezar a no saber manejar objetos de uso normal o errores cada vez más frecuentes a la hora de realizar tareas cotidianas), la propia persona y su entorno pueden empezar a contemplar la posibilidad de que “algo no funcione ya bien”, aunque volvemos a asociar en muchos casos, una vez más, estos fallos con algo normal durante el proceso de envejecer. Esto es en cierto modo un recurso cognitivo de defensa que nos permite minimizar una circunstancia problemática que, analizada de forma diferente, podría suponernos un estrés emocional que “eliminamos” por nuestro propio bienestar.
Sin embargo, si hay algo cierto dentro de los problemas neurodegenerativos como pueden ser diferentes tipos de demencia o párkinson, es que su evolución es continua y el pronóstico y afectación empeoran a medida que la enfermedad progresa. Es aquí cuando comenzamos a ver problemas cada vez más serios y evidentes en actividades como la alimentación, el vestido, la organización doméstica, el uso del móvil, la toma de medicación o el aseo, por poner algunos ejemplos. Además, las actividades que requieren un grado mayor de planificación, como la realización de compras o la administración del dinero se ven afectadas con anterioridad que otras más básicas como el aseo diario, lo cual también sirve para darnos pistas y poder comenzar a valorar tratamientos de rehabilitación que traten la raíz de los problemas.
Desafortunadamente, en general, es en estos puntos cuando comenzamos a pensar en la institucionalización (parcial o total), de estas personas. Es decir, en la posibilidad de su ingreso en recursos residenciales o de centro de día, principalmente.
Sin restar lógicamente la importante labor de estos recursos, es cierto que, según muestra la evidencia científica y la práctica clínica, todo este abanico de enfermedades se caracteriza también por el hecho de que, con una correcta evaluación y abordaje terapéutico de los déficits iniciales por personas cualificadas, se mejora en mucho la calidad de vida al tiempo que se reducen tanto los déficits existentes como la propia evolución de la enfermedad. Además, y quizá mucho más importante, se evita que una persona tenga que abandonar su casa, su calle, su barrio o su localidad. Todo este contexto también está muy ligado a nosotr@s como persona, a nuestro autoconcepto y autoestima, la amistad y el contacto que existen en este entorno con las personas de nuestro alrededor… Y estos factores de protección también influyen de forma muy importante en el desarrollo de cualquier tipo de patología.
En una tierra como la nuestra, Extremadura, que presenta a día de hoy un porcentaje de más del 25% de personas mayores de 65 años, es vital prestarles la atención que se merecen. Esta atención pasa necesariamente por una visión diferente a la que tenemos de que, llegado un determinado punto, “ya no hay nada que hacer”. Más cuando antes de llegados a ese punto, hemos estado teniendo pistas que nos pueden hacer reaccionar con mucha anterioridad.
Cuando llegamos al momento en que hemos dejado de trabajar y podemos disfrutar y relajarnos, de nuestra familia, nuestro tiempo libre, nos merecemos precisamente eso. Y con un estado de salud física, mental y emocional lo más cuidado posible estaremos mucho más cerca de este objetivo.