La realidad virtual (RV) es una nueva herramienta en nuestro tiempo, una tecnología puntera entre tantas otras que ha venido para quedarse, y cada vez aparecen más dispositivos, plataformas, juegos y experiencias que lo hacen algo increíble por su realismo e integración total del usuario o usuaria con el entorno virtual en cuestión.
Con un casco con visores, cámaras y sonido que se ajusta perfectamente a la cabeza, un par de mandos con sensores de posición y algunos botones que permiten interactuar con el entorno, así como dos sensores en las paredes que registran nuestra posición y movimiento, esta herramienta representa un sinfín de posibilidades en el campo terapéutico y de la rehabilitación a muchos y diferentes niveles. Permite entrenar la planificación, la coordinación motora, resolución de problemas, habilidades visoespaciales, diferentes modalidades de atención o concentración, percepción, praxias… Incluso, reentrenar Actividades de la Vida Diaria (AVD), actividades deportivas o de ocio cuya ejecución pueda resultar dañada por diferentes causas y sea necesario volver a “aprender”.
En concreto nos proponemos explicarlo con un ejemplo de una aplicación real: un “juego” en el que tenemos que cocinar diferentes platos en un restaurante.
En él, adoptamos la posición de la persona responsable de cocinar los platos en tres tipos de restaurante posible: hamburguesería, pizzería y sushi. Con todo nuestro equipo de RV en funcionamiento, a “nuestro alrededor” disponemos de todo lo necesario para preparar los platos: mesa con los ingredientes, mesa para cocinar, diferentes aparatos como parrilla o freidora, la propia barra del restaurante para “poner” los platos terminados e incluso un compañero virtual que nos comunica los platos a realizar. Y nosotr@s, efectivamente, hacemos todo lo necesario: seleccionamos los ingredientes y los combinamos, ponemos la carne en el asador, montamos la hamburguesa, pizza o rollo de sushi, administramos el tiempo e incluso llevamos el seguimiento de los pedidos.
Resulta complicado llegar a imaginarse lo increíblemente real de la situación y la interacción que realizamos con el entorno virtual, además de todas las funciones cognitivas y actos motores involucrados en la realización de la tarea de la que hablamos: percepción de la profundidad de nuestro movimiento, selección de los ingredientes correctos, planificación y coordinación realizando diferentes “encargos”, monitorizar y evaluar nuestros actos y comprobar que lo hacemos correctamente, o la puesta en marcha de diferentes modalidades de la atención, entre otras habilidades.
Además, mediante este tipo de actividades se ponen en funcionamiento actos asociados a la activación de neuronas espejo, un tipo especializado de neuronas que, entre otras funciones relacionadas por ejemplo con la conducta social, ayudan a poder reaprender actos quizá dañados activando áreas cerebrales asociadas a los mismos. Si “introducimos” virtualmente a la persona en entornos que fomenten estos actos y movimientos, su rehabilitación será más eficaz.
Por último, también queríamos comentar la ventaja que supone una novedad tan interesante para una persona en proceso de recuperación. Si orientamos la atención hacia la tarea y hacia la novedad que supone, hacemos que la rehabilitación sea más efectiva. Sumado a esto vemos cómo se incrementa la motivación hacia el tratamiento en sí por lo divertido y lo novedoso de la situación. Ambos aspectos son vitales para una rehabilitación efectiva.
Teniendo en cuenta esto, podemos ver los efectos positivos asociados de los que hablamos (prestar atención y estar motivad@), aparte de todos los componentes puramente cognitivos y neuropsicológicos comentados anteriormente.
Ésta herramienta dentro del campo de la rehabilitación y la terapia es de lo más novedoso, sin que aún exista mucha evidencia científica alrededor de ello. Sin embargo desde CogniVita estamos seguros de su potencial, y por ello seguiremos estudiando y evaluando sus posibilidades por partes e integrándolas en actos complejos y mentalmente demandantes. Y sobre todo, haciendo un tipo de rehabilitación lo más ecológica posible y que tenga un efeto real en el día a día de nuestr@s usuari@s; no solo que lo que trabajemos se quede en la consulta, sino que sea extrapolable lo más eficazmente posible.